Travesía en medio de la… ¿nada?

Uf, hace tiempo que no me paso por aquí. En serio lamento la angustiante ausencia de 8 meses, han surgido demasiados problemas que se combinaron y se sucedieron los unos a los otros. ¡Pero ya estoy aquí con ganas de seguir escribiendo y de leeros bastante! Tengo que quitar algunas telarañas de aquí y re-enfocar este espacio para no abrumarme demasiado (spoiler: esa es una de las dichosas razones). Mientras tanto, aquí va un relato que se me ha venido ocurriendo en todo este tiempo.

El sol está en lo alto del cielo y lo pinta de un color azul muy claro. No hay nubes que lo cubran, por lo que el sol puede iluminar con todo su esplendor. Los rayos del gran astro queman la arena, la hacen caliente, tan caliente como la lava de un volcán.
Eso es lo único que hay a la vista: El cielo azul y la arena caliente. Ambos se extienden hasta el horizonte que parece que nunca llega.

Ya los conocemos todos.

Un camino en medio del desierto y las dunas

Hace días que llevo caminando en este desierto. No llevo nada más que mi ropa y un poco de comida que pude conseguir. Y esta última no durará para siempre. De hecho, si calculo las raciones, solo me alcanza para 3 días más. Después, si no encuentro más comida, estoy destinado a perecer.

¿Por qué tengo que vagar por el desierto? La verdad es que fue por algo injusto…

Aisss..

Bueno, digamos que me echaron del pueblo en el que vivía toda mi vida por no encajar en "los estándares acogedores" que había comenzado a adoptar la comunidad recientemente…


Bueno, el pasado en el pasado. Ahora tengo que caminar y caminar hasta encontrar algo de comida. De aquí en adelante esa será mi vida.
Me estoy cansando y me duelen los pies. El calor sofocante me está cocinando lentamente. Y gracias al proceso de erosión, en el desierto no hay piedras en las que sentarse para descansar. Y claro que no voy a echarme en el desierto. ¿Acaso no dije que quema?
Ya que no puedo pararme de brazos, tendré que descansar sentándome para que aunque sea mis piernas reposen, aunque vayan a quemarse. No importa. Todo mi ser ya está sufriendo, y todo porque el pueblo no me considera "adecuado para la vida en la comunidad".

Mis piernas ya se están quemando por la arena. Tendré que pararme y seguir caminando.
Esto es lo único que hay. Cielo y arena. Y unas cuantas dunas. Y detrás de las dunas hay más arena, porque las dunas están en medio de la arena. Mis piernas están lo bastante cansadas como para no poder subir una de esas dunas, pero puedo rodearlas y eso es lo que haré.


El sol está menos caliente. Está comenzando a irse. Pero ya no puedo más. Ya que está atardeciendo, voy a tomar un sorbo de la botella de agua y a comer uno de estos pescaditos que pude conservar. El pescado está más delicioso de lo que esperaba, solo que nunca me gustaron las espinas.
Las espinas del pescado provinieron de un pez que a su vez vino de la naturaleza. Y estas espinas deben volver a la propia naturaleza. Sé que no crecerá nada en medio del desierto, pero es una tradición que nos ayuda a recordar que dependemos de la tierra para más de lo que creemos. Por eso debemos agradecer al propio planeta, por mantenernos vivos incondicionalmente, sin que le importe nuestras cosas de humanos.
No es tan difícil rodear una duna. Solo es caminar en círculos. El ambiente comienza a cambiar, seguramente porque estoy rotando y la dirección del sol cambia. Y la dirección del viento también. Básicamente estás cambiando de lugar. A un nuevo destino, mejor o peor, o similar, pero definitivamente a un lugar diferente.


Como me esperaba, detrás de la duna solo hay más arena. Arena, arena y más ar… ¿Qué? No, no es comida. ¡Es un perrito! Un perrito que no parece tan demacrado como yo, pero ya está comenzando a dar muestras de no comer ni beber desde hace por lo menos un día. Pobrecito, necesita comer algo. Aún me quedan 2 raciones, le daré una ración de pollo y un sorbo de agua. El resto para mañana, a ver si con esto viene.
Me acerco lentamente con la ración de pollo en la mano y le digo: "Oye, quieres, quieres. Ven, ven." El perrito no parecía necesitar nada a simple vista, pero al voltearse hacia mí pude ver su rostro lastimero. Le dejé la ración de comida y agua en el suelo y se la comió con gusto.
Ahora solo me queda una ración de comida. Aunque puedo dividirla en 2 para mañana, ahora solo tenemos para un día, lo que hace más urgente mi necesidad (nuestra necesidad) de encontrar comida.

Llamo al perrito y le digo que venga, y me siguió alegremente. Aunque es evidente que también ha sufrido por estar en el desierto un buen tiempo, se le nota un poco más contento por haber comido.
No sé qué es lo que le habrá pasado al pobre perrito para que esté en este desierto, casi como yo. Sea como sea, mañana tendremos otro buen día de aventuras antes de perecer en el árido y extenso desierto.


Cae la noche. Hemos caminado un buen trecho y rodeado unas cuantas dunas. Ahora vamos a dormir. A diferencia de hace unas horas, ahora hace un frío que hiela los huesos. El perrito está tiritando de frío. Pobrecito. Dejé que se suba a mis brazos, por lo menos para que tenga un poco de calor.
Ayer dormí en medio de la arena. El frío helaba, pero mas bien pude compensar todo el calor que absorbí en el día. Pero hoy tengo una fortuna distinta: acabo de encontrar una cueva. Seguramente será un lugar mas o menos cómodo y tal vez haya comida y/o agua. Dormiremos allí entonces.
¡Ay, que sueño! Fuimos a la cueva, que en un principio pensé que era una duna más hasta que me percaté que habíamos llegado a otro tipo de terreno más rocoso. Al parecer no hay murciélagos ni búhos dentro. Casi no hay vida en el desierto, solo unas cuantas bacterias seguramente.

Aquí me puedo guarecer. Ya mañana exploraré la cueva en busca de algo de utilidad, y con esto me refiero a algo comestible o bebible. Queeee sueeeeeeeeño tengo. Vamos a dormir. De hecho, el perrito ya está durmiendo plácidamente al menos. Bueno, hasta mañanita.

Algo se mueve. Sí, es real, no estoy imaginando. La cueva se sacude. La tierra tiembla.

¡Nos caen rocaaaaaas!


Continuará…

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